Reseña al artículo: “Los orígenes mitológicos de Corea” de Domécheh del Río (1)

Andrea Elena Ríos2

Corea en su Cultura

Mitos y Leyendas

La presente reseña gira en torno al artículo de Antonio J. Doménech del Río que forma parte de libro Corea interior, Corea exterior y que lleva por título: “Los orígenes mitológicos de Corea”. Tal cual lo expresan Alfonso Ojeda y Álvaro Hidalgo en su prólogo al texto, se trata de una obra colectiva que tiene “su origen y justificación en el VIII Seminario sobre Corea organizado por el Centro Español de Investigaciones Coreanas (CEIC) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM) que, con el patrocinio de la Korea Foundation.”3

Del Río comienza con una breve explicación de la importancia de los mitos y leyendas para explicar la historia de los antepasados del pueblo coreano y los orígenes del mismo. 

Trataban de responder a la pregunta de quiénes eran los antepasados del pueblo coreano y cómo y cuándo llegaron a la península coreana. Esta cuestión del origen étnico ha sido de crucial importancia en el estudio de la prehistoria coreana. La respuesta a esta pregunta se buscó durante años en la mitología.4

Además, es licito pensar que los primeros hombres debieron sorprenderse de fenómenos naturales. Esta línea evolutiva condujo a pensar en la intervención de dioses y otros seres invisibles como causantes de estos fenómenos, formándose mitos y leyendas, diferentes según el tiempo y las culturas.

Citando a Nelson SM, nuestro autor nos comparte que la “mitología, historia y arqueología han sido usadas y combinadas para interpretar el pasado. Al mismo tiempo, que se entremezclaban motivaciones políticas y nacionalistas, a la hora de elegir una interpretación u otra”5 y en realidad eso es cierto ya que el progresivo aumento de los conocimientos, los cambios en las creencias religiosas y la globalización actual relegaron progresivamente muchas de esas leyendas y mitos. Entrando de lleno al tema de mitos fundacionales, nuestro autor decide detenerse a analizar los mitos de Dangun (fundador del reino de Gojoseon) el mito de Jumong (fundador del Pueblo de Koguryo) y los reinos de Shilla, Bekje y kaya.

No deseamos detenernos en la narrativa de cada mito ya que, en un apartado de este número de la revista, nuestro lector podrá encontrar cada mito que aquí señalamos. Lo interesante de este trabajo es el análisis tan profundo que realiza a cada narración. Nos detenemos en el caso de los gobernantes de cada reino Dangun de Gochoson y Jumong de koguryo, específicamente en el papel de la mujer. Por ejemplo, en el caso de Dangun nos otorga la importancia de la unión entre lo femenino y masculino, o sea entre los progenitores de Dangun.

“Las figuras femeninas que aparecen lo hacen en relación con las figuras masculinas protagonistas que son las que toman el papel activo en la acción, mientras que la mujer aparece como receptora de sus deseos. En estos mitos, la relación entre el hombre y la mujer es considerada equivalente a la del cielo y la tierra, el matrimonio se convierte en un desposorio sagrado, una hierogamia que une a un dios que desciende desde el cielo con una mujer terrenal. La unión entre ellos es más cósmica que humana. Aquí la relación cielo/tierra implica no sólo arriba/abajo, sino también actividad/pasividad y más aún dador/recibidor de la energía vital. La idea del dios padre del cielo y la mujer como madre-tierra permite pensar que la tierra se convierte en la primera metáfora de la mujer coreana.”6

Para el caso de Jumong, la figura de la madre de este es imperativa ya que:

“Se trata de una madre que educa a su hijo para que después pueda independizarse y llegar a convertirse en un rey prudente, bella, sensible y de gran fortaleza, con una gran fuerza para la prosperidad material, justo las virtudes que siempre se han descrito como propias de la madre coreana. Yuhwa (la madre de Jumong) se convierte, de este modo, en la diosa protectora de su hijo, de sus descendientes, los coreanos.”7

Posteriormente nos otorgará un acercamiento a la figura de Bak Hyeokgeose de Shilla, el rey Kim Suro de Kaya (Gaya) y también explica que en “el caso de Onjo, fundador del reino de Baekje, el relato de la fundación del nuevo reino es esencialmente una leyenda y no tanto un mito por no aparecer elementos sobrenaturales o divinos.”8


interesante constatar que muchas de esas creencias y leyendas no son equivalentes en los diferentes reinos de Corea y que se engloban en esa rama de la humanidad que oscila entre mito, historia y leyenda pero que se mantuvieron en ramas bien diferenciadas según el reino al que pertenecen, aunque la geografía las ubique dentro de la misma península.

Finalmente, del Río explica que “la influencia de estos mitos fundacionales podemos verla, en primer lugar, en el proceso por el cual el pueblo coreano pasó de ser un Estado premoderno sin una fuerte conciencia nacional a un estado moderno con una conciencia nacional dinámica.”9 Esos mitos y leyendas difieren profundamente según las diferentes culturas y áreas geográficas y su variada complejidad hace inviable referirlas aquí en su totalidad, sin embargo: 

Estos relatos mitológicos siguieron jugando un papel fundamental durante la lucha por la independencia del poder colonial japonés y posteriormente en la reconstrucción del país. El tener un origen común les ayudó a superar las diferencias regionales, ideológicas y de género para aunar fuerzas y sacar al país de la situación de penuria en la que se encontraba.

“Incluso en la actualidad las narraciones míticas sobre la creación de los primeros reinos coreanos han servido de fundamento en la lucha por la unificación de Corea. Estos relatos míticos-históricos han servido a los movimientos pro-reunificación de ambas partes para intentar superar las diferencias y buscar alternativas aceptables con el objetivo de recuperar la unidad del pueblo coreano.”10

Como podemos notar, los mitos fundacionales de Corea forman parte también de la misma historia de ese pueblo. Desde una primera impresión se podría decir que para poder analizar la historia hay que “abandonar” (por decirlo de alguna manera) los mitos, pero tampoco alcanza con eliminarlos. Más bien habría que estudiarlos, analizarlos y explicarlos, puesto que también pueden cargarse de una fuerza extraordinaria.

Para el caso de Corea es necesario acercarnos a los mitos para poder entender su historia el motivo de su profundo nacionalismo y sentido identitario. Luego entonces, si bien es cierto que en casi la casi totalidad de esos mitos se pretende justificar y racionalizar hechos o situaciones que no podían entonces explicarse de otra manera. Para finalizar y tal como se expresó al inicio de la reseña, a continuación, compartimos con nuestro lector la narración de los mitos fundacionales a los que del Río dedicó su análisis.


Referencia bibliográfica:

Ojeda Alfonso e Hidalgo Álvaro (coordinadores), Corea Interior, Corea Exterior, editorial Vermun, España, Universidad Complutense de Madrid, 2007.

1 El presente artículo cuenta con CARTA DE AUTORIZACIÓN DE USO PUBLICACIÓN, AUTORIZACIÓN DE CESIÓN DE DERECHOS DE AUTOR y CARTA DE ORIGINALIDAD a favor de la revista Corea e su Cultura.

2 Licenciada en historia con pre especialidad en historia novohispana por la UNAM, investigadora de tiempo completo, colaboradora extranjera para la revista Ecos de Asia de la Universidad de Zaragoza, profesora de historia y cultura coreanas, estudiante del idioma coreano en el Centro Cultural de Lenguaje Coreano en México, Hanguk S.C. y editor en jefe de la revista Corea en su Cultura.

3 Ojeda Alfonso e Hidalgo Álvaro, prefacio a op.cit. p.9

4 Ibídem. p. 13

5 Nelson Sm. P 218. consultado en Ibidem. p. 13.

6 Del Río, Ibidem. p. 16.

7 Ibidem. p. 17.

8 Ibidem. p. 28

9 Ibidem p. P.33

10 Ibidem. p. 34

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